El ogro que cuida su jardín
El ogro cuida su jardín.
Todo el día mira atento.
Espera.
Espera.
Y en cuanto la flor brota,
¡Zaz!
El ogro la corta de un zarpazo.
Y sigue esperando atento.
Espera.
Espera.
Espera.
Y contempla sin distracciones su enorme jardín vacío.
Esta es la historia de un ogro que cuidaba su jardín para que no brotara ninguna flor.
El ogro se espantaba, no es que no le gustaran las flores, solo no sabía qué hacer con ellas, era muy torpe, muy grande, muy ogro.
Su belleza lo abrumaba y consideraba que solo los “no ogros” podían cuidar un jardín tan bello.
Un día como cualquier otro creció una flor, pero antes de que el diera el zarpazo la flor lo miró atento y nuestro ogro se quedó pasmado.
Ella le gritó pero era tan pequeña que él no pudo escuchar, entonces con mucha precaución y lleno de miedo el ogro se acercó para escucharla mejor:
-Mucho gusto, soy la flor de tu jardín.
-¿Que haces aquí?
-No estaré aquí por siempre porque soy del viento, del agua, la tierra y el sol , pero si me dejas crecer sin miedo, podré renacer una y otra vez.
-¡Pero soy un ogro! — dijo el ogro
-Pues mucho gusto, yo soy una flor- dijo la flor
-Pero eres muy bella — dijo el ogro
-Eso es porque he crecido en tu jardín- dijo la flor.
El ogro
contempla
contempla
y sonríe .
Aún es torpe, pero la belleza ya no lo atemoriza.
*Este cuento ha sido escrito a lo largo de mucho tiempo. Un día se ilustrará, por lo pronto ha podido encontrar un cierre. Gracias a Jairo que le dio aliento, gracias al Capitán que le ayudó a encontrar ancla, a Lau y su infinita generosidad, gracias a ustedes por leerlo y como dice Xan que dice Snoop Dog (creo), gracias a mí, por permitirme escribirlo.
