Esta semana no sé de que escribir…

Pocas veces cumplo con cosas, como hacer ejercicio diario, hacer un dibujo diario, escribir diario… pero he intentado ser constante en esto.

En mi último semestre de dibujo le dije a Alfredo “no sé de qué hablar por medio del dibujo” y él me dijo: dibuja acerca de dibujar…así que tomé un caracol de mar y lo dibujé: en el camión, en la universidad, en mi casa, en caos, en calma, enamorada, desenamorada, borracha o sobria. Al final tuve muchos caracoles en un tramo gigante de papel. La intención era hablar de dibujo, del dibujo y su circunstancia.

Supongo que es el salvavidas: si no sabes de que escribir, escribe de no saber que escribir.

O no.

Hoy el papel gigante que contiene los caracoles está bajo mi escritorio. Tiene mordidas de gato, un poco de polvo…pero fue un intento de organizar mi duelo con el dibujo.

Sé que los que hacen teatro tienen duelo con el teatro, los que escriben con la escritura, los que dibujan con el dibujo, parece que a cada proyecto a todos se nos olvida como teníamos que hacer las cosas. ¿A los psicoanalistas también? espero que no…

Es como volver a empezar cada vez…se me olvida como escribir o dibujar o hablar…

Pero confío en que el dibujo es un acto de reciprocidad, como dice Mariana.

Fin del balbuceo.