“Lo que rescata un gato” o “Mapa en blanco”
De nuevo llevo semanas con insomnio
desde el cambio de casa, desde el cambio de todo.
Extraño todo.
Sí, a veces la novedad o la incertidumbre son un viento fuerte que permite que el barco se mueva, a veces, cuando cambia todo hay una necesidad de buscar lo que se conoce, tener un punto de referencia. Hoy practicamente todos mis puntos de referencia han desaparecido o se han alejado tanto que no logro verlos.
No me acomodo.
ni a mí
ni las cortinas
ni las repisas
ni mis afectos
ni la cafetería
ni mi trabajo
ni el dibujo
ni el escritorio
El insomnio no es tema nuevo, sin embargo regresó la sensación de existir dentro de una nube, el cuerpo torpe, la cabeza dispersa.
Cada noche me tardo en ir a la cama…porque una vez ahí se desata el caos…
Matilda también ha cambiado su dinámica respecto a sí misma y conmigo. Ha dejado de dormir en la cama, se hace pipí en el lavabo, está en celo seguido, se pelea con Boris…y yo, ensimismada.
Con todo esto, ayer, en una larga jornada de tiktok nocturno, Matilda decidió porfin subir a la cama, interponerse entre el telefóno y yo, reclamar nuestro espacio juntas, ronrronerar, abrazarnos y por fin…dormir.
En medio del mar emergió tierra firme.
No sé si Matilda solo tenía frío o se sentía como yo. A ella también le movieron el mapa y sus equis, los puntos de referencia, pero en su ser gata supo que hacer…. y a mí me recordó que siempre hay un lugar del cual partir.
Con el taller en puerta me sigo preguntándo cada día sobre la deriva, sobre la sensación de no encontrar camino, me pregunto qué hacer en un mar absoluto…me pregunto cómo poder establecer puntos de referencia en dónde parece no haberlos y aprender a navegar así, recordar que estar perdido no es lo mismo que estár extraviado, ni naufragio es lo mismo que muerte, aprender a perderse conscientemente para, tal vez, encontrar algo… o nada
o una equis que marca un punto de partida.